Infeliz es aquel a quien sus recuerdos infantiles sólo traen miedo y tristeza. Desgraciado aquel que vuelve la mirada hacia horas solitarias en bastos y lúgubres recintos de cortinados marrones y alucinantes hileras de antiguos volúmenes, o hacia pavorosas vigilias a la sombra de árboles descomunales y grotescos, cargados de enredaderas, que agitan silenciosamente en las alturas sus ramas retorcidas. Tal es lo que los dioses me destinaron... a mí, el aturdido, el frustrado, el estéril, el arruinado; sin embargo, me siento extrañamente satisfecho y me aferro con desesperación a esos recuerdos marchitos cada vez que mi mente amenaza con ir más allá, hacia el otro. Fragmento incial de "El Extraño", de H.P. Lovecraft.
2 comentarios:
Yo tambien. Pero nunca hubiera puesto unos cortinajes marrones. No me parece apropiado. Burdeos seguramente hubiera sido mejor, si los muebles son de color madera, no pintados de colorines. Unos cortinajes marrones darían impresión de infinita monotonia.
Sir John, que sorpresa recibir su visita en la corte!
Sea muy bienvenido. Esperamos que se quede con nosotros.
Buenas noches
Bisous
Por supuesto que me quedaré madame. Saludos.
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