lunes, 17 de noviembre de 2008

La Sociedad Bucólica

Dr. Robert Artwelles & Sir John Carrington, imagen de archivo.

Primera parte

"Una leve sensación de soledad o quizá de desánimo me invade ahora que después de tanto tiempo echo la vista atrás y me dispongo a narrar lo que para muchos sería inenarrable. La verdad es que esta reacción, responde a un estímulo repentino y no meditado, aunque he de admitir que la idea de plasmar en un papel todo lo sucedido me rondaba desde hace tiempo por la cabeza. Nunca me lo había planteado con firmeza, lo que confiere a la idea una forma insustancial pero ahora que he empezado me siento seguro y con fuerzas para contarlo todo.
Es curioso pensar que términos como extraño, asombroso o inexplicable se han conjugado a la perfección a lo largo de los años marcando cada momento, cada decisión y cada cicatriz, que el devenir de los años ha ido dejando ya fuese física o emocional.

Me llamo John Carrington y mi acompañante durante esta singladura es mi hermano de sangre el Dr. Robert Artwells. Lo de hermano no es tan sólo un eufemismo cualquiera, si no que en realidad hubo cierto pacto que describiré detenidamente mas adelante. Lo cierto es que no va a ser nada fácil para mi tener que desvelar el secreto que ha marcado nuestra existencia desde tiempos inmemoriales. E intentar al menos que se llegue a comprender lo anormal de nuestra vida, sin tildarnos de monstruos antinatura. La verdad es que muchos han intentado encontrar una explicación a lo que nos sucede, desde el mismísimo Taliesin hasta Darwin con el que Robert tuvo el honor de compartir conocimientos durante su larga travesía en el HMS Beagle. Incluso Louis Pasteur o Fleming lo intentaron sin éxito. Pero la obligación de mantener nuestro secreto a salvo nos empujó a continuar la búsqueda nosotros mismos o acabaríamos por desatar la alarma social sobre nuestra condición. Tan sólo con las nuevas tecnologías que investigan la genética pudimos dar al fin con algo coherente que explicó al menos sutilmente lo que nos sucede. Tanto Robert como yo hemos vagado por la historia, a veces pasando desapercibidos mezclándonos con los demás y en ocasiones incluso llegando a formar parte de hechos cruciales que acabaron reflejados en los libros y que no tendrían el mismo efecto histórico sin nuestra singular aportación. Juntos hemos vivido hemos amado y odiado hasta la insana locura, hemos matado a cientos de enemigos y a la vez curado muchos mas amigos. Juntos vimos como la vida de los seres que amábamos se nos escapaba entre los dedos de la mano sin poder hacer nada mientras las rabiosas lágrimas resbalaban por nuestras mejillas".

martes, 11 de noviembre de 2008

Deja que la sangre corra caliente, viscosa… Y se moldee en extrusión por tus venas.
Permite que de tus resecos labios salga un grito estentóreo, que hilvanado por el punzante dolor que activa tu cerebro y tus sentidos. Retumbe por todo el bosque mientras arden fatuas hogueras alrededor.
Como es que sigues preguntándote por que estas ahí…
Que jactancioso beneficio saca tu carne débil de todo lo hecho hasta ahora, si sufres cada pesadilla una y otra vez.
Pregúntate si alguna vez conociste la felicidad o por el contrario no fue mas que un arduo sentimiento de bienestar egoísta, efímero, perentorio...
Ahora debemos detenernos, hacer una breve pero lógica parada de reflexión. Extrapolar nuestra imaginación mas allá de donde las cosas dejan de serlo y no hay ni olores ni sabores, donde reina una paz asfixiante y tediosa.
Allí nos dirigimos sin duda tu yo y todos los demás… Allí donde nada se siente donde no hay ni dolor ni placer ni sueños ni alegrías donde el polvo se funde con los diamantes y la carne es insustancial e irreconocible.

miércoles, 29 de octubre de 2008